En la noche del 14 de marzo, el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) sufrió una nueva caída masiva, dejando sin electricidad a todo el país. Este es el cuarto apagón nacional en los últimos seis meses, lo que evidencia el deterioro progresivo de la infraestructura eléctrica en Cuba.
Según el Ministerio de Energía y Minas (Minem), la causa de la caída del SEN fue una avería en una subestación en el oeste del país, lo que provocó una pérdida significativa de generación y llevó al colapso del sistema eléctrico. Antes del apagón, usuarios de distintas provincias reportaron fuertes oscilaciones en el fluido eléctrico, lo que indicaba inestabilidad en la red.
Para restablecer el servicio, la Unión Eléctrica (UNE) comenzó activando microsistemas—pequeñas redes energéticas alimentadas por generadores que funcionan con diésel o fueloil—y luego procedió a interconectarlas progresivamente para reactivar las grandes centrales y sincronizarlas nuevamente con el SEN.
A 48 horas del apagón, aún hay zonas donde el servicio eléctrico no ha sido restablecido, dejando a miles de familias en total incertidumbre y sin acceso a servicios esenciales.
Mientras el país enfrenta cortes eléctricos cada vez más frecuentes y prolongados, la conectividad y los servicios esenciales también colapsan, dejando a la población en una situación de vulnerabilidad.
📉 Apagones y la Inestabilidad de las Telecomunicaciones
Cuando ocurre un apagón nacional, no solo se afecta el suministro eléctrico, sino que también se produce un colapso generalizado en la infraestructura de telecomunicaciones. Tanto la telefonía fija como la red móvil y el acceso a internet quedan gravemente afectados.
📞 Telefonía Fija: Sin Servicio en Menos de Dos Horas
Los paneles de distribución de telefonía fija en los barrios dependen de la electricidad para funcionar. Para sostener el servicio durante los apagones, cuentan con baterías de respaldo, pero su autonomía es limitada. En el mejor de los casos, estas baterías pueden durar hasta dos horas, pero si están deterioradas, el servicio se pierde en mucho menos tiempo.
Una vez que estas baterías se agotan, las líneas telefónicas quedan completamente inoperativas, lo que impide realizar llamadas de emergencia a bomberos, ambulancias o la policía.
📶 Red Móvil: Señal Inestable y Zonas de Desconexión Total
La infraestructura de la telefonía celular en Cuba también está altamente dependiente del suministro eléctrico. Cuando ocurre un apagón, las torres de señal presentan dos escenarios posibles:
Si el apagón es programado, las antenas pueden seguir funcionando de manera muy inestable si cuentan con baterías de respaldo. Sin embargo, en apagones masivos como el del 14 de marzo, la red celular colapsa completamente, dejando sin servicio tanto a llamadas como a datos móviles.
Esto genera zonas muertas en las que la población queda completamente incomunicada. En muchas ocasiones, si el apagón es muy extenso, las antenas cercanas también estarán sin electricidad, eliminando cualquier posibilidad de conexión.
📡 Radio: La Alternativa de Información que También Colapsó
En situaciones de apagón total, muchos cubanos recurren a la radio en sus teléfonos móviles como una alternativa de información, especialmente para dar seguimiento al proceso de restablecimiento del servicio eléctrico a través de emisoras como Radio Reloj. Sin embargo, en este último apagón se pudo verificar fallos significativos en la recepción de la señal de radio en zonas de La Habana y el centro del país, algo que no se había detectado en otras ocasiones. La señal era prácticamente imposible de captar, con interferencias constantes y cortes que impedían el seguimiento de la información.
El colapso de este medio de comunicación, uno de los más tradicionales y accesibles para un sector de la población, evidencia el deterioro progresivo de las infraestructuras y las telecomunicaciones en la isla. La radio, que en muchas circunstancias ha sido el único canal de información disponible, se suma ahora a los espacios de ausencia informativa para los cubanos, en un contexto donde la incertidumbre y la falta de datos confiables se han convertido en la norma.
💳 Bancarización Forzosa y la Imposibilidad de Acceder a Servicios Básicos
Uno de los efectos más graves de los apagones masivos es la interrupción total de los servicios de pago en línea, lo que deja a la población sin acceso a bienes y servicios esenciales en un momento crítico.
Desde la bancarización forzosa impuesta por el gobierno cubano, detallada en un artículo de Cubalex, trabajadores y pensionados dependen exclusivamente de canales electrónicos para recibir sus pagos y comprar productos básicos. Sin embargo, cuando ocurre un apagón, las plataformas de pago digital dejan de funcionar, imposibilitando la compra de alimentos, medicamentos y otros insumos esenciales.
Además, al tener el dinero atrapado en el banco y sin posibilidad de acceder a él, los cubanos y cubanas no solo enfrentan la imposibilidad de pagar en línea, sino que tampoco pueden retirar efectivo, ya que los cajeros automáticos quedan inoperativos y los bancos suspenden sus servicios. Esto agrava aún más la crisis en un contexto donde, sin refrigeración, los alimentos perecen rápidamente, obligando a las familias a buscar productos frescos a diario para poder subsistir.
El resultado es una parálisis total de la economía doméstica, donde las personas no pueden comprar lo que necesitan, ni en efectivo ni con pagos electrónicos, en un país donde el acceso a bienes de primera necesidad ya es una lucha constante.
📢 Aislamiento Forzado y Falta de Soluciones
Los apagones en Cuba no solo significan cortes de electricidad a nivel nacional, sino también una crisis constante en muchas regiones del país. Mientras la crisis energética sigue profundizándose, con cuatro apagones nacionales en solo seis meses, en varias provincias y municipios los apagones forman parte del día a día, llegando a durar hasta 22 horas seguidas, dejando a comunidades enteras en un estado de precariedad permanente.
A esto se suma el hecho de que, a finales del 2024, el Primer Ministro cubano, Manuel Marrero, anunció una subida de precios en los servicios de internet para este año, una medida que aún no se ha ejecutado, pero que agravará aún más el acceso a la comunicación en un contexto de crisis energética. Mientras las telecomunicaciones colapsan con cada apagón, el gobierno planea encarecer aún más un servicio ineficiente, en lugar de garantizar su estabilidad y acceso universal.
Sin un plan real para estabilizar el suministro eléctrico, la población queda desamparada, enfrentando una creciente vulnerabilidad ante emergencias. La falta de electricidad no solo limita la comunicación y el acceso a servicios esenciales, sino que impacta gravemente la calidad de vida, afectando la alimentación, la seguridad y la salud de los cubanos y cubanas.