El activista cubano Alexander Mario Fábregas Milanés fue condenado recientemente a siete años de privación de libertad por el supuesto delito de "propaganda contra el orden constitucional".
La sentencia fue dictada por la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Provincial de Villa Clara. Según el tribunal, Fábregas Milanés utilizó sus redes sociales para cuestionar el sistema político cubano y criticar al presidente Miguel Díaz-Canel. Entre las publicaciones usadas como pruebas contra él destacan frases como: “PA LA CALLE hasta que se caiga la Dictadura”, “Desobediencia Civil se demanda. Es un derecho, no un delito” y “Día 23 DE LA PROTESTA PACÍFICA SI LOS PRESOS POLÍTICOS ESTÁN PRESOS NOSOTROS TAMBIÉN EN APOYO A LOS MISMOS Y SUS FAMILIAS”.
La acusación afirma además que estas publicaciones tuvieron considerable impacto en redes sociales, generando centenares de reacciones y comentarios, además de ser amplificadas por otros medios digitales.
Alexander Mario Fábregas Milanés permanecía detenido desde el 27 de julio de 2024, tras ser arrestado en plena vía pública cuando regresaba de visitar a familiares en Sancti Spíritus. Desde entonces estuvo recluido en la prisión La Pendiente, en Santa Clara. Durante su juicio, el activista gritó consignas contra el régimen, lo que provocó que fuese trasladado inmediatamente a una celda de castigo, donde fue sometido a condiciones aún más duras.
Activistas como Guillermo Fariñas, líder del Foro Antitotalitario Unido (FANTU), fueron detenidos temporalmente para impedir su asistencia al juicio en solidaridad con Fábregas Milanés.
El régimen cubano continúa criminalizando la crítica social y política en un contexto donde no existe independencia de poderes ni garantía efectiva de la presunción de inocencia. Ciudadanos como Fábregas Milanés son juzgados y encarcelados por ejercer e invitar a otros a ejercer derechos fundamentales, reconocidos internacionalmente como la libertad de expresión y de manifestación pacífica, aun cuando ninguno de los llamados realizados por Fábregas se materializó en el espacio físico o en las calles cubanas.
Organizaciones internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Amnistía Internacional han advertido reiteradamente sobre el uso de cargos vagos y procedimientos judiciales opacos en Cuba, diseñados específicamente para silenciar y castigar el disenso político.
La comunidad internacional ha denunciado la falta absoluta de independencia judicial en Cuba, señalando cómo el Estado emplea sistemáticamente la justicia penal para perseguir a activistas, periodistas independientes y ciudadanos críticos.