Las Reglas Mandela son el conjunto actualizado de normas mínimas adoptadas por las Naciones Unidas para garantizar un trato humano y digno a las personas privadas de libertad. Aprobadas por consenso en 2015, estas reglas llevan el nombre de Nelson Mandela en reconocimiento a su lucha por los derechos humanos y su encarcelamiento durante 27 años. Aunque no son jurídicamente vinculantes, constituyen un estándar internacional ampliamente aceptado para la gestión penitenciaria y la protección de los derechos de los reclusos.
Las Reglas establecen principios fundamentales como la prohibición absoluta de la tortura, el respeto por la dignidad humana, el acceso a atención médica adecuada, la separación por categorías (sexo, edad, tipo de delito), el derecho a mantener contacto con familiares y la necesidad de ofrecer oportunidades reales de rehabilitación. También regulan las condiciones materiales mínimas de las prisiones, el uso del aislamiento, los castigos disciplinarios y el acceso a la defensa.
Diversas organizaciones han instado a los Estados a aplicar las Reglas Mandela como guía esencial para reformar sus sistemas penitenciarios. En contextos donde persisten condiciones inhumanas, hacinamiento, represión y tratos degradantes, su implementación es clave para garantizar derechos fundamentales y evitar abusos sistemáticos.