El Código de las Familias, aprobado mediante referendo popular en septiembre de 2022 y proclamado como Ley No. 156, representa una reforma profunda del derecho familiar en Cuba. Introduce figuras legales como el matrimonio igualitario, la adopción por parejas del mismo sexo, la responsabilidad parental en lugar de la patria potestad, y el reconocimiento de diversas formas de familia. También refuerza el marco legal para prevenir la violencia intrafamiliar y proteger a grupos vulnerables como niñas, niños, personas mayores y personas en situación de discapacidad.
Pese a su contenido progresista en el plano formal, organizaciones feministas y de derechos humanos han advertido que su implementación enfrenta obstáculos estructurales dentro del sistema judicial cubano, marcado por la falta de independencia y la discriminación institucional. Además, se señala que no existen mecanismos efectivos de reparación ni recursos suficientes para garantizar los derechos reconocidos, lo que limita su impacto real en la vida cotidiana de las familias.