La Constitución de 2019 fue aprobada en referendo el 24 de febrero de ese año y proclamada oficialmente el 10 de abril. Reemplazó la carta magna de 1976 e introdujo cambios relevantes como el reconocimiento del derecho a la propiedad privada, el acceso a internet y ciertos derechos civiles. No obstante, mantiene el sistema socialista como irrevocable y concentra el poder en un partido único, lo que limita la posibilidad de participación política plural y el ejercicio pleno de los derechos fundamentales. Diversas organizaciones han señalado que, aunque incluye formulaciones sobre derechos humanos, carece de garantías reales para su exigibilidad dentro del sistema judicial cubano.